Desde la PasuCat queremos dejar constancia de que a pesar de las supuestas
buenas intenciones de los responsables del Departament de Salut y CatSalut,
siguen acumulándose evidencias de que en Cataluña se están dando numerosos
casos de exclusión sanitaria, con o sin el amparo del RDL 16/2012 del gobierno
estatal. El pasado día 13 de marzo, la PasuCat ofreció una rueda de prensa
recogida por diferentes medios (con más o menos fortuna en la síntesis de la
información emitida): EuropaPress, BTV, Diari de Girona, La Vanguardia, La Información.
Entre otras cosas, denunciábamos la connivencia del
CatSalut con la que, a nuestro juicio, es una flagrante violación de derechos
(y de normativa) llevada a cabo por numerosos centros asistenciales.
Pocas horas más tardes la agencia EuropaPress se hacía eco de un caso de un
ciudadano británico residente en Barcelona al que en dos centros distintos y no
pertenecientes al ICS se le pretendió facturar antes de ser atendido en sus
respectivos servicios de Urgencias. Posteriormente, la misma persona solicitó
ser atendida en un centro del ICS, dónde no se le facturó. Uno de los primeros
centros, el Hospital de Sant Pau, ha comunicado que se trata de un (otro)
malentendido y, por su parte, el CatSalut se ha limitado a señalar que es una
actuación que no se acoge a su instrucción. Sin embargo, vuelve a señalar que
no expedientará al centro hasta que no haya una reclamación oficial. Esta
circunstancia se nos antoja complicada dadas las circunstancias sociales/administrativas
de la mayorías de personas que están sufriendo la exclusión sanitaria.
Queremos mostrar nuestra estupefacción y preocupación por lo que
consideramos una actitud pasiva e irresponsable de la gerencia del CatSalut. La
facturación a personas sin tarjeta sanitaria en los servicios de urgencias, además antes de que se produzca la atención,
como explicita la noticia más que
la excepción parece la norma en determinados centros y no se debe a
malentendidos del personal administrativo, sino a instrucciones claras de los
responsables de los centros, como así lo demuestran sus carteles informativos
(disuasorios).
Es fácilmente rebatible la excusa (extendida) de achacarlo a errores humanos o malentendidos, cuando la instrucciones claras y anunciadas a todo color y en varios idiomas son "Sin tarjeta sanitaria individual se reclamará el pago de la visita [en urgencias]". Queremos insistir en que “anunciar” el cobro antes de prestar la
atención constituye un procedimiento que, siendo más habitual de lo que quieren
reconocer, hace desistir con frecuencia a la persona que solicita la atención. Ello además de dejarla desamparada, contribuye a hacer más
invisible aún esta problemática.
Por su parte, se hace patente la ausencia de voluntad reguladora del
CatSalut, cuyos responsables por ejemplo se han reunido en varias ocasiones con
los del Hospital Clínic, sin que por el momento hayan impedido que en los
últimos días éste haya vuelto a colocar carteles en todas sus plantas de
urgencias (y vamos ya por la tercera versión de éstos) informando de la
facturación en caso de no poseer tarjeta sanitaria individual. ¿Si se publica un nuevo
caso volverán a argumentar como sus compañeros de Sant Pau que se trata de un
malentendido?
Nos parece por tanto tan denunciables las directrices de los responsables
de los centros como la pasividad del CatSalut. Y, por supuesto, no puede
calificarse sino de hipócritas sus respuestas tras la visibilización de los escasísimos episodios que no persisten silenciados o solucionados a golpe de teléfono.