Noticia de La Vanguardia
En los centros de atención primaria de La Salut y Sant Roc de Badalona pueden verse diariamente usuarios de orígenes diversos. Muchos de ellos disponen de su tarjeta sanitaria y otros tienen garantizada la atención de sus hijos por ser menores. Sin embargo, también hay vecinos que no tienen la misma suerte y quedan fuera del sistema sanitario público. La Plataforma por una Atención Sanitaria Universal en Catalunya (Pasucat) ha denunciado 72 casos de exclusión sanitaria en el último año en toda Catalunya y ha señalado que un 12,5% de ellos se han producido en Badalona.
Se trata de gitanos rumanos que se instalan en la ciudad sin permiso de residencia y sin contrato laboral ni de alquiler. Tienen serias dificultades para acceder al sistema sanitario sobre todo desde 2012, cuando un decreto ley del Gobierno central restringió la atención sanitaria a los sin papeles. El Departament de Salut de la Generalitat respondió ampliando la atención a aquellos que estén empadronados. Y aunque no lo estén, los menores de edad y las embarazadas tienen garantizada la atención en todos los servicios de urgencias. Además, en agosto de hace dos años el propio conseller Boi Ruiz aseguró que "ningún ciudadano de Catalunya se quedará sin derecho a la atención sanitaria".
La particularidad de Badalona
La Pasucat subraya que los 72 casos denunciados corresponden a personas que, con la ley en la mano, deberían de ser atendidas: "Son personas que viven en la ciudad desde hace tiempo pero están en situación irregular y tienen problemas de salud importantes", asegura Carlos Losana, de la Plataforma por una Atención Sanitaria Universal en Catalunya que aglutina 38 entidades y está formada por oenegés, profesionales de la sanidad y ciudadanos. "Muchos viven en la calle o en pisos patera en La Salut y en Sant Roc", concreta Losana. Además de las dificultades para resolver la urgencia por la que han acudido al ambulatorio, la plataforma advierte que estas personas no tienen acceso a un seguimiento mínimo ni adecuado para prevenir las complicaciones que pueden acarrear sus problemas de salud, porque no se les prescriben tratamientos prolongados y deben conformarse sólo con la atención urgente.
Los nueve casos de exclusión sanitaria en Badalona se han dado en el CAP Sant Roc, el CAP La Salut y el Hospital Germans Trias i Pujol. La mitad de las denuncias que ha recibido la Plataforma se deben a las facturas que han recibido las personas afectadas tras ser atendidas por dolencias urgentes. Por ejemplo, la factura de una atención prestada en las urgencias de Can Ruti ascendió a 200 euros. Los otros casos son atenciones efectuadas en los servicios de urgencias de los ambulatorios y cada factura tiene un coste de 70 euros.
La otra mitad de denuncias que ha registrado la plataforma en Badalona corresponde a menores que no han sido atendidos en los ambulatorios porque no disponen de tarjeta sanitaria. Este documento permite la asignación de un pediatra a cada niño para que éste pueda llevar el control oportuno de la salud del menor, como, por ejemplo controlar las vacunas que debe recibir. Según la plataforma, estos menores no disponen de la tarjeta porque se les ponen muchas trabas al tramitarla, sobre todo por la documentación que se requiere, como el padrón o un informe de una asistenta social.
"En Badalona tramitar el empadronamiento no es fácil, en cambio en Barcelona es más ágil", alerta Catherine Bonhoure, técnica en intervención social del Secretariado Gitano, que acompaña a los gitanos rumanos del municipio en su proceso de integración. Y es que la Pasucat trabaja en el territorio con entidades locales que ofrecen acompañamiento a los inmigrantes. En el caso de Badalona lo hacen de la mano del Secretariado Gitano. Si no están empadronados, destaca Bonhoure, "sólo existe flexibilidad con los menores, porque nos aceptan un informe social en sustitución del padrón".
Exclusión social
Esta técnica asegura que tienen serias dificultades para conseguir la atención sanitaria de este colectivo. "Sufren exclusión social y precariedad económica", señala, y "al no recibir un buen tratamiento desarrollan enfermedades más graves". Es el caso, por ejemplo, de un vecino de esta ciudad que fue atendido en el servicio de urgencias de un ambulatorio por dolor en el tobillo. La situación requería de unas radiografías pero hacerlas suponía derivar el paciente a un servicio no urgente, por lo que al final se le denegaron. El paciente tuvo que ir por su propia iniciativa a Urgencias del hospital, donde sí podían hacerle las radiografías oportunas como servicio urgente.
Miedo por desconocimientoEl informe de la Plataforma muestra que el 39% de los casos denunciados corresponden a mujeres embarazadas y menores que tienen derecho a la asistencia pero no la reciben. El 36% de las denuncias son facturaciones indebidas y a un 11% se les negó la atención por completo. A pesar de estas cifras, la Pasucat asegura que hay muchos más casos sin aflorar, porque "centenares de casos de inmigrantes" no denuncian "por miedo". "Viven en la calle o en pisos patera", relata Carlos Losana, y "la mayoría no conoce sus derechos".
Catherine Bonhoure también alerta que un elevado porcentaje de gitanos rumanos de Badalona se queda fuera de la atención sanitaria y que los nueve casos denunciados son sólo la punta del iceberg. Para el Secretariado Gitano y la Pasucat la única solución viable es garantizar una sanidad universal y niegan que los inmigrantes hagan "un uso irracional de la sanidad", tal y como alegaba el Gobierno cuando limitó la atención para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.
A pesar de ser reiteradamente preguntado por este periódico, el Departamento de Salut de la Generalitat no se ha pronunciado sobre los 72 casos de exclusión sanitaria que denuncia la Pasucat ni sobre las trabas burocráticas en el acceso de los menores a la tarjeta sanitaria.
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